martes, 4 de mayo de 2010

no dire que no llores por que se que no lo haras

Después de leer las noticias en la revista de St. Judas me
di cuenta que todos mis miedos eran ciertos. La profesora Von D. solo quería pasar
el rato conmino mientras encontraba a aquel hombre con quien cumpliría su sueño
de casarse. Ese obviamente… no era yo, por que yo no soy un hombre… soy solo un
niño


Por otro lado, Alicia parecía diferente, parecía como si en
verdad disfrutara mi compañía. Tenerla a mi lado me hacia sentir especial,
excepto por aquel día en el que ese chico Donovan comenzó a atacarme y ella
solamente agravo las cosas. Entonces supe que yo no era sino otro alumno que le
cumpliría sus caprichos –como ella lo llama- y luego seria desechado.


Que demonios tiene ese tal Donovan?... que las trata mal a
todas?... , que tiene la testosterona por el cielo y quiere deshacerse de todos
los demás? El caso es que todas mueren por el, y esta bien... supongo que así
es como debería ser yo… pero no lo soy…


Morir virgen ahora no suena tan mal como me sonaba antes,…. Yo
quería seguir vivo, y despertar cada mañana para ver un poco mas del mundo, y
tal vez tener una visión tan bella que me hiciera querer quedar.


Sin embargo, cada día me recordaba que yo solo era un error,
cada día parecía mas triste y vacio, cada día me encontraba a mi mismo un paso
mas cerca de la muerte.


Llegue a mi habitación y me quite la chaqueta, me senté en
el borde de la cama y contemple la oscuridad del lugar


Como seria la muerte?


Como seria el infierno?


Podría acaso haber algo bueno al otro lado de esa barrera
invisible que se trazaba por los latidos de mi corazón?


Hacia unas semanas, el medico me había recetado unas pastillas
para dormir, ya que el sueño se me escapaba sin que yo pudiera hacer nada. Sabia
que no quería morir de una forma dolorosa, ni nada llamativo. No quería cortarme
las venas y dejar detrás todo un montón de sangre… no quería lanzarme de un
tejado ni nada muy escandaloso. Así que me decidí por las pastillas. Sabía que nadie iría a mi habitación, sabia
que nadie me extrañaría y a nadie le importaría que yo no apareciera por
semanas. Había pasado antes cuando quede inconsciente un par de días en el
suelo de mi habitación, luego de que Caya me golpeara con la figura de bronce.


Tome una de las sodas de mi pequeño refrigerador y volví a sentarme en el borde de la cama.


Abrí las pastillas, el tarro era de 60, respire profundamente y me metí unas cuantas
a la boca; las pase con un trago de soda y espere un momento. Sentía como
bajaban amontonadas por mi garganta
mientras mi corazón se aceleraba por el miedo de fallar.


Respire profundamente de nuevo y tome otra carga de
pastillas, al mirar al tarro estaba casi por la mitad. Tan rápido me había metido 30 pastillas?


Con la mano temblorosa puse el tarro sobre la mesa y luego
deje de lado la soda. Me acosté mirando al techo que comenzaba a moverse.
Levante las manos y me quede mirándolas, estaban distorsionadas, y a los
segundos comenzó a escapárseme la fuerza y cayeron mis manos a ambos lados de mi
cuerpo.


Iba a dejar una nota de despedida?


No, no tenía a quien decirle adiós.


Mi respiración se
acelero momentáneamente mientras las pastillas comenzaban a hacer su efecto.


De que me perdería?


Jamás me enamoraría... ni seria papa… no dejaría nada en el
mundo de ser recordado, ni una huella, ni una palabra... ni siquiera una frase
celebre.


Que escribirían en mi epitafio?


Steven Alexander Janoir


1992-2010


Tan simple y vacio como fue mi vida.


Suspire y comencé a sentir como mis brazos se dormían, desde
la punta de los dedos hasta el pecho. Lo mismo pasaba con mis piernas, ahora la
respiración acelerada, y los latidos enloquecidos comenzaban a menguar su
marcha. Una deliciosa y pacifica inconsciencia lentamente se apoderaba de mi.


Unas pequeñas lágrimas empezaron a correr por mis mejillas,
mientras el aire parecía escapar muy rápido de mis pulmones. Parpadee pero mis
ojos se quedaron cerrados, mientras mi ser comenzaba a sumirse en el sueño
eterno….


No diré que no llores... por que se que de todas formas… no
lo harás.

Mi cuerpo temblaba levemente, comenzó a surtir efecto la
tremenda sobredosis que me había causado. No podía abrir los ojos, no podía moverme..
no tenia control sobre nada de mi cuerpo. Ni siquiera la respiración parecía ser
una función vital. Lo hacia despacio, mis pulmones se llenaban de aire muy despacio, ardían, el aire parecía quemarme
todo el interior de mi pecho. Los latidos de mi corazón eran cada vez mas
lento. Escuche que llamaban a la puerta, eso era inusual, inesperado y
completamente fuera de tiempo… si alguien iba a venir..debían llegar antes de,
no durante… y daba igual si llegaban después de que mi corazón parara. Era una
voz de mujer que se escuchaba lejana y distorsionada, no entendía nada de lo
que decía, sentí que me abrazo a ella.. yo seguía temblando y mi corazón débil no
reaccionaba muy bien.. la inconsciencia era parcial.. no tenia control de mi
cuerpo, pero mi mente seguía completamente despierto...

me pusieron en una camilla pero ya era demasiado tarde, mi corazon no lo resistiria.
mi respiracion era demasiado debil. los enfermeros me pusieron una mascara de oxigeno mientras via venosa me suministraban solucion salina y medicamentos.
de todos modos, la sobre dosis era demasiado grande, y no habia mucho que pudieran hacer. mi mente que se habia mantenido despierta sintiendo todos los cambios de mi cuerpo ahora caia en un letargo... comenzaba a quedar dormida al igual que todas las demas partes de mi cuerpo, incluyendo mis pulmones y obviamente mi corazon. el frio me recorrio completamente, ahora sabia que no iba a fallar...
un par de inhalaciones mas quemaron mi pecho. un par de latidos mas me apuñalaron la vida, hasta que la barrera invisible de la muerte recubrio mi ser, dejandome inmovil.
por un infimo momento senti un dolor punzante recorrer toda mi anatomia, pero muy rapidamente se convirtio en una placida nada.... por que no habia hecho esto antes?...
por fin me estaba librando de mi, ya nunca mas tendria que volver a escuchar mi voz, sentir mi aroma, ni ver mi imagen reflejada en ningun vidrio... ya nunca mas sabria que soy Steve Janoir, el que nunca debio nacer... por fin ahora, estaba libre de mi mismo.. y los habia librado a todos del peso de tenerme en sus vidas, siendo nada mas un nombre mas y un estorbo...
pienso ahora que debi haber escrito una carta de despedida
"CONSIDERENLO UN FAVOR.. CON ESTO, LOS ESTOY LIBRANDO A TODOS DE MI PRESENCIA"

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